Todos recordamos a Judy Garland como la dulce Dorothy en "El Mago de Oz", película con la que hizo realidad su sueño de convertirse en una estrella mundial pero por la cual tuvo que pagar un precio muy caro.
La Metro-Goldwyn-Mayer consideraba que Garland estaba demasiado "rellenita" asi que, no contentos con ponerle un corsé que apenas la debaja respirar, empezaron a suministrarle anfetaminas y barbitúricos, mezcla explosiva a la que Garland se hizo adicta para el resto de su vida y que le llevó a ser una persona muy inestable emocionalmente, amén de acabar sufriendo problemas de anorexia, alcoholismo, drogadicción y diversos trastornos mentales.
A pesar de todo, su fortaleza y su impresionante voz hicieron que cosechara éxito tras éxito (y marido tras marido) hasta el final de sus días.
Rellenita? Namierda. Lo que estaba es bien mona ella. Putos directivos. Siempre igual.
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