jueves, 8 de marzo de 2012

Lewis Carroll. 1ª parte

Las niñas de Lewis Carroll

Mucho se ha especulado sobre la relación que Charles Lutwidge Dodgson, más conocido como Lewis Carroll, tenía con las niñas. ¿Era solo amistad o había un interés sexual? Lo cierto es que, aunque hay quien se empeña en afirmar que era un pedófilo, todo apunta a que la cosa no pasaba de un amor inocente.

Lewis Carroll tenía un diario en el que hablaba de todas y cada una de las niñas a las que conoció a lo largo de su vida (que no fueron pocas) y describía minuciosamente lo que hacía con ellas. Primero daban paseos o iban a la playa y Carroll les contaba maravillosos cuentos o les hacía dibujos. Cuando se había ganado la amistad de la niña, la llevaba a su casa, donde tenía una habitación llena de juguetes, cajas de música, etc. Allí las invitaba a comer y tomar el té. Finalmente les pedía hacerles una fotografía. Para esto contaba con la ayuda de una mujer que le ayudaba con el vestuario y la escenografía.

Por lo general, ahí se acababa la relación con la niña, vamos, que su único fin era fotografiarlas, aunque con algunas llegó a desarrollar una bonita y sincera amistad, la cual se iba extinguiendo poco a poco según la niña iba creciendo. El porqué lo explica el propio Carroll en su diario:

"Por lo general una niña se convierte en un ser totalmente distinto cuando se transforma en mujer; entonces también nuestra amistad debe adaptarse a esta evolución, lo que se traduce en el paso de una intimidad afectuosa a relaciones de simple cortesía consistentes en el cambio de una sonrisa o de un saludo cuando nos encontramos."

Las dos niñas más importantes en la vida de Carroll fueron la ya muy conocida Alice Liddell, inspiradora de los cuentos Alicia en el país de las maravillas y Alicia a través del espejo, y por la que Carroll sintió verdadera adoración; y Gertrude Chataway. Gertrude diría esto años después recordando a Carroll:

"Por mi parte, sentía el interés normal de los niños por los cuentos de hadas y maravillas, y su facultad de contar cuentos, como es natural, me fascinaba. Solíamos estar sentados durante horas en los peldaños de madera que iban a nuestro jardín hasta la playa, mientras me contaba los cuentos más maravillosos que alguien pueda imaginar, a menudo ilustrando los momentos más interesantes con un lápiz mientras iba contándolos."

Teniendo en cuenta que Carroll conoció a lo largo de su vida a más de 100 niñas y que absolutamente todas coinciden en afirmar que la cosa jamás pasó de algunos besos y abrazos, queda bastante claro que no había una finalidad sexual en sus relaciones. Si bien es cierto que en su diario Carroll escribió que llegó a fotografiar a niñas semidesnudas, también afirma que nunca lo hacía con un afán erótico. Además el propio Carroll pidió que, tras su muerte, esas fotografías fueran entregadas a los familiares de las niñas para evitar que cayeran en malas manos.

Os dejo con una de sus fotografías como adelanto de la segunda parte.


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